Observamos la clara influencia de los grabados japoneses en la sencillez del dibujo, los espacios planos de color, las pronunciadas perspectivas y la ausencia de sombras. La pintura está aplicada en capas espesas, las pinceladas negras envuelven a los objetos y delimitan los espacios, dando la sensación de que están llenos de color. El amarillo predomina en el cuadro, es el color de la luz del sol, la calidez y la felicidad.
Monserrat M.c
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